La iniciativa, liderada por Laura Sarabia, directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (DAPRE), ha implementado plantas potabilizadoras capaces de generar hasta 15.000 litros de agua diarios.
En Pondore, Paneska, Kaikashi, Chispana y otras comunidades, el agua segura, anteriormente un recurso escaso, ahora está al alcance de todos. “Nunca pensé que vería algo así en mi vida”, comenta Rosa, una madre Wayuu, visiblemente emocionada por la oportunidad de dar a sus hijos agua limpia sin las recorrer largas distancias. La planta, junto con los pozos perforados de 120 metros de profundidad, ha sido un salvavidas para estas comunidades, que por más de un siglo, han luchado con la escasez de agua.
Además del acceso al agua, Misión La Guajira también ha llevado energía limpia a las comunidades mediante la instalación de paneles solares, que no solo alimentan los sistemas de agua, sino que iluminan por primera vez espacios colectivos.
El enfoque integral de Misión La Guajira ha permitido que las tradiciones y cultura Wayuu sean respetadas en cada etapa del proceso. La participación activa de los miembros de la comunidad ha sido clave para garantizar que las soluciones implementadas sean sostenibles y alineadas con sus necesidades.
Para Sarabia, el éxito de Misión La Guajira radica en la alianza con el sector privado, pero también en el compromiso con las tradiciones Wayuu y la participación activa de sus miembros en cada etapa del proyecto. “No es solo traer soluciones, es hacerlo con respeto por sus costumbres y cultura. Ellos son parte de este cambio”, subraya Sarabia.
Con el respaldo del gobierno del presidente Gustavo Petro, este proyecto representa una promesa de esperanza y progreso para La Guajira. Las comunidades Wayuu, por fin, disfrutan de lo que siempre debe ser un derecho básico: agua potable, energía y seguridad alimentaria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario